lunes, 16 de septiembre de 2013

El cine en México: Los Olvidados.


Con motivo del aniversario de la independencia de México, la temática de nuestra revista esta semana se desarrollara en torno a este punto de partida: México.

Yo les escribiré acerca del cine de Luís Buñuel. Director español que dedico gran parte de su vida a dirigir películas en México. Aunque el primer filme que dirigió represento un rotundo fracaso (Gran casino), represento el inicio en México de un personaje que revolucionaria el cine mexicano, pero también el cine mundial.
Posteriormente, cuando estaba casi resuelto a abandonar su carrera como director, Dacingers le pidió que se hiciera cargo de la dirección de “El gran calavera”. Está película represento un éxito, y junto a esto se le concedió a Buñuel la nacionalidad Mexicana, estos hechos sirvieron de motivación a Buñuel para seguir lo que yo considero, su pre-destinación   como artista.

Su siguiente película fue  “Los olvidados”, que escribió en colaboración con Alcoriza. Sin duda, una de las producciones mexicanas con más impacto a nivel mundial. Vio la luz en 1950, y en 1951 Luís Buñuel fue premiado como mejor director en el Festival de Cannes. Actualmente, Los olvidados es una de las únicas tres películas consideradas por la UNESCO como Memoria del Mundo
.


En los Olvidados, uno se enfrena ante la violencia y tragedia que trae consigo la miseria. En una época (no tan diferente como se nos quiere hacer pensar a la nuestra) en donde se prefería ignorar la pobreza, la desigualdad y la injusticia, una película que evidenciara esta realidad no podía pasar desapercibida.
Evidentemente, incluso como hoy, obras con este contenido suelen incomodar al individuo integrante de la burguesía y amante de la opulencia. No es fácil aceptar desde nuestra habitación, provista de comodidades que nos son indiferentes, que allí afuera hay alguien que muere de frió, hambre o locura. Esta película nos enfrenta ante el hecho irrefutable de la miseria. Hecho causante de la violencia que impera en nuestro país y que nos ha sumergido en un estado de depresión nacional.
El protagonista de la película es un niño, al cual la madre maltrata e ignora, descargando la impotencia que una vida de carencias trae consigo. Jaibo(un joven que recién salio de la correccional), llega a su vida como una fuerza cargada de caos, que lo arrastrara consigo hacía la perdición.
Está película, además de su primer nivel de lectura, en donde uno claramente puede ubicar la crítica social a un modelo de vida que sigue vigente, enfocada al consumismo, con una política capitalista, y neo-liberal, tiene por lo menos otros dos que el espectador que pretende ver mas allá puede apreciar. Aunque mas evidente en su trabajo posterior, “Los Olvidados”, esta cargada de una mirada surrealista, que nos provee de un nivel superior de comprensión. En ocasiones, una idea no es expresable simplemente en términos de un mensaje declarado, para poder aprehenderla (en su sentido extenso) es necesaria deformar las líneas, destruir la concepción de la realidad que es incluso aun más difusa. Estimamos en mucho el mundo que hemos creado, y en ocasiones solo ante la presencia de un nuevo mundo es que podemos cuestionar el nuestro. Y el tercer nivel es aun mas ambiguo, la imagen como hecho. Ante nosotros, no se encuentra simplemente un grupo de actores, ni una puesta en escena magistralmente realizada, no se trata de una esplendida dirección de fotografía. Ante nosotros esta una vida que quedo recogida para ser reproducida una y otra vez, si bien se trata de una interpretación por parte de los actores, hay un contenido vivo. Sangre fluye cuadro por cuadro, en la hora y quince que dura el filme. Y solo un hecho, originado en la verdad, puede presentarnos una revelación.

Cuando el director de la escuela granja, le da la libertad a Pedro (personaje principal) de ir a comprar unos cigarros a la tienda, este es detenido por Jaibo, quien le arrebata los 50 pesos. Ante nosotros esta un hecho, Pedro a perdido su oportunidad, con todo y que sus intenciones eran buenas, le han arrebatado el dinero. Sin embargo, también se puede leer como el destino trágico al cual están pre-destinados, aquellos que nacen en la miseria. El caos nos acorrala, y ni la voluntad, ni la Fe, nos puede salvar. El delito es en realidad un acto al que están destinados los delincuentes. Cuestionando así la moral, la de los delincuentes, pero también las de aquellos que cómodamente nos sentamos ante el televisor, sin darnos cuenta que nosotros mismos estamos contribuyendo a la perdición de estas personas, y por que no a nuestra propia perdición.
Y aun más profundamente, además de este argumento declaradamente social, hay otro para mí. Independientemente de la miseria entendida como la carencia de bienes, y el destino a la pobreza. También nos habla de la miseria de nosotros como seres humanos, carecemos de espiritualidad, y nuestras vidas se extinguen sin haber entendido, ni haber si quiera intuido el sentido de la vida, en algunos casos sin siquiera cuestionarlo. Es un llamado a retornar al centro, a contemplarnos y ponernos en relación con el mundo. A romper las barreras. A contribuir con la salvación del mundo.

Luís Buñuel es sin duda uno de los mas grandes directores en la historia del cine. Sus obras tienen la cualidad de una obra maestra, pues siguen vigentes, sin ceder al transcurrir del tiempo. Cada vez que uno se sumerge en su  mundo simbólico, surrealista y espiritual, uno se siente rejuvenecido, es mas apto para disfrutar de la realidad, y para afectarla. La película de los olvidados, es una de sus grandes obras, pero en adelante subsiguieron muchas otras que pueden considerarse también obras maestras.

Aquí les dejo algunas de sus películas que tengo en gran estima, se las quiero compartir y me gustaría mucho que me compartieran su opinión.

-Un perro andaluz  (1929)
-Los olvidados (1950)
-Bella de día (1966-1967)
-El discreto encanto de la burguesía (1972)
-El fantasma de la libertad (1974)
-Ese oscuro objeto del deseo (1977)



La especificidad del arte cinematográfico.


 Durante su relativa corta vida, el cine ha sufrido una falta de identidad propia. La fotografía, pintura, música, literatura e inclusive el teatro se han apoderado de este noble arte. Y no es del todo responsabilidad de los artistas que  utilizaron el cine como una prolongación de su propia disciplina, sino también  la escasez de teorías del audiovisual, que además de ser pocas, se contradicen unas a otras.

En este breve artículo, me propongo establecer las cualidades que hacen del cine un arte aparte, el cual tiene su propio modo de configurar el mundo y de establecer una conexión entre el interior del ser humano, la realidad y la espiritualidad.
Para tender a un discurso claro, hace falta antes de defender mi postura acerca del arte cinematográfico, tratar de esclarecer  ¿qué es el arte? Termino igualmente complejo, pero qué es necesario para no encaminarnos a un discurso ambiguo.

“… En cualquier caso, para mí no hay duda de que el objetivo de cualquier arte que no quiera ser <<consumido>> como una mercancía consiste en explicar por sí mismo y a su entorno el sentido de la vida y de la existencia humana. Es decir: explicarle al hombre cuál es el motivo y el objetivo de su existencia en nuestro planeta. O quizá no explicárselo, sino tan sólo enfrentarlo a este interrogante.”
                                                                                                  Andrei Tarkovsky

Aquello que las palabras callan, lo que cala al alma,  lo que esta vivo en el aire, en las mareas, en el miedo. Algo similar a la risa o el llanto, un todo, inequívoco. Una pureza cuyo origen es la verdad,  que si de algún modo nos es accesible es mediante  los sentimientos y no las figuras, entregándose a los chispazos de vida que el artista ha concentrado, y que en el día a día se nos escapa de las manos como el agua.

El cine es un arte inmediato. No utiliza un lenguaje, no es un jeroglífico que vamos resolviendo poco a poco. Necesitamos dejar que nos afecte, que penetre en nosotros. Aquello que vemos ante la pantalla es producto de la realidad fáctica. No es un símbolo de nada. El cine no es una conjunción de las demás artes y tampoco es un espectáculo. Y aun con todo, las universidades de artes audiovisuales, se encargan de imponer a los alumnos modelos específicos para desarrollar una “historia”. Los inundan con los nombres de directores más representativos, no despiertan en el estudiante un deseo por revitalizar su alma con obras de arte, solo exigen la formación de un criterio.
Pero no se puede enseñar a un hombre a ser artista. Es un deber con el cual nace, la visión del artista es única. Pero ante todo un artista debe desprenderse de la conciencia de sí mismo, de la vanidad. Debe entender que la obra no le pertenece, él solo es un instrumento de la divinidad para materializarse.

La narrativa clásica no es inherente al cine. Si una obra de arte es posible de explicar con palabras, quiere decir que no corresponde a las facultades naturales del cine. Las imágenes no son cuantificables, no se pueden simplificar en organismos más sencillos.
Un director que ame el cine, solo creara una película, cuando este sea el único medio posible de materializar su mundo subjetivo. Si algún otro arte puede hacerlo de igual o mejor manera, es probable que aquella idea que concebía para el cine en realidad no lo fuera.


Entre las posibilidades del cine, se encuentra la de evocar los ensueños; ese momento en que uno despierta en medio de la noche, y está seguro de quien es y a quien ama.
También puede evocar las fantasías previas al sueño, y crear imágenes tan claras como el recuerdo de un sueño al despertar, o inclusive evocar un sueño. Y todo esto nosotros lo vivimos, no pasa antes por una categorización, va directamente a nuestra esfera emotiva. Nos puede enfrentar a la niñez, la cual esta irremediablemente perdida. Nos puede enfrentar a este hecho. La nostalgia, el desamparo, la muerte, puede evocarlo todo, una obra de arte esta unida a cada persona que le contempla. Nos abraza, nos pone en relación con el mundo. Nos une a él, y jamás estaremos solos nuevamente. Una vez que hemos vivido una revelación de esta índole, nada será igual para nosotros, giraremos la mirada al mundo con nuevos ojos. Con una mirada rejuvenecida,  seremos más aptos para contemplar la belleza, para que no se nos vuelva a escapar el agua de las manos, sin antes dar un sorbo de ella.


Espero en algo haber contribuido a la comprensión del cine con este breve artículo. Y espero poder ahondar de manera mas clara y libre en el futuro. No me agrada la idea de en unas cuantas líneas dejar por concluido un tema que me es tan importante, me queda siempre la sensación de quedar en deuda con el cine. Hace falta una vida entera de dedicación y esfuerzo, además siento que el contacto directo con el arte es el que nos guiara en realidad, todo el dialogo solo lo banaliza todo.